Día 3 en el West Coast Trail

Día 3 en el West Coast Trail

Miércoles, Sep 14
44936 pasos = 24.27 km
Bonilla

Nuevamente amanecí perfectamente bien descansado, a pesar de lo difícil del día anterior - que incluso acortamos por el cansancio - me sentía energizado y listo para iniciar la caminata del día de hoy. En esta ocasión no había que sincronizarse con las mareas ya que iríamos por el bosque, así que desayunamos sin prisa y recogimos el campamento con calma. Vimos salir a la pareja de jovenes alemanes a quienes no volveriamos a ver sino hasta dos días después.

El primer trayecto del día sobre el bosque fue muy diferente a los anteriores, cruzamos una larga ciénaga utilizando una estructura de madera construida sobre de esta, muy fácil de caminar siempre y cuando la estructura se encontrara en buen estado, pero había tramos en los que estaba rota y había que cruzar por el lodo y vaya que si había lodo!


Fue un largo camino por la ciénaga hasta que finalmente volvimos a regresar al bosque espeso sin tanto lodo y cubierto por arboles. En el camino nos cruzábamos con grupos de excursionistas que viajaban en la dirección contraria a nosotros y con los que cambiamos cortas conversaciones en cuanto a como iba su día hacia donde se dirigían y de donde venían. Nosotros llegaríamos en un par de días al lago Nitnaht en donde es necesario cruzar en una pequeña embarcación para continuar con la excursion. En este punto hay un pequeño restaurante operado por habitantes originarios que es el único punto en todo el WCT en el que puedes ordenar comida; pero mas importante, es en donde puedes tomar cerveza o cualquier otra bebida. Así que una de las preguntas obligadas era: esta abierto el restaurante de Nitnaht? Y todos platicaban de su experiencia en el restaurante. En uno de estos intercambios, un grupo muy animado de jovenes nos platico de todo lo que se ofrecía en el restaurante y al final de la larga lista de opciones alguien menciono: y por supuesto coca-cola! Los ojitos me brillaron, después de tres días de tomar agua simple todo el día y te por las noches, el simple hecho de imaginar una coca fria me genero un terrible antojo, ahora no podia dejar de pensar en tomar una coca fría.

Llegamos al medio dia al puente colgante mas grande del WCT, no me puedo imaginar como es que fue construido tamaño puente en la mitad de la nada, sin caminos para traer el material, no se como fue que llego todo aquello hasta ese punto. Es un puente de unos 70 metros de largo y se encuentra a una altura de por lo menos 100 metros, la vista es espectacular. Antes de que existiera el puente, el camino incluía infinidad de escaleras para bajar la ladera de un lado y subir por el otro, mi amigo nos platico que ese tramo era muy peligroso antes de que hubiera el puente colgante; sin embargo, ahora había que subir hasta la cúspide del monte para poder cruzar, se gana por un lado pero se pierde por el otro, siempre hay un balance. Tomamos el almuerzo al inicio del puente y descansamos por un rato antes de seguir el camino.



Seguimos avanzando por el bosque, el plan era recorrer 9 kilómetros antes de bajar nuevamente a la playa para llegar al campamento en que planeábamos pasar la noche. Un nuevo grupo de excursionistas nos platico que el campamento estaba completamente invadido por gaviotas, esto representaba dos problemas: principalmente la playa parecía campo minado y el ruido de las gaviotas a todo momento era verdaderamente fuerte. El rio que desembocaba al mar y que era la fuente de agua dulce para los excursionistas, estaba también ocupado en gran parte por las gaviotas, había que caminar mucho rio arriba para poder filtrar agua limpia que se pudiera usar para beber y preparar los alimentos. El panorama no se veía muy halagador en este campamento, era momento de tomar la decisión de acampar con las gaviotas o seguir la caminata del día hasta el siguiente campamento, 5 kilómetros adelante. Decidimos continuar, ya que la caminata por el bosque no había sido tan cansada y teníamos energía para continuar. Después de bajar unas cuantas escaleras llegamos al campamento de las gaviotas, nunca había visto tantas gaviotas en mi vida, estaban por todas partes! Así que nos acabamos de convencer de que teniamos que continuar la caminata.  Había grupos de excursionistas acampando, pero nosotros no quisimos hacerlo ya que en verdad se veía que la convivencia con las gaviotas no iba a ser muy placentera. Para continuar habia que cruzar el rio y seguir un tramo por el bosque antes de bajar nuevamente a la playa para recorrer un tramo por ahi para finalmente llegar al siguiente campamento. En el cruce del rio tuvimos que utilizar el teleférico de cable - no me imagine que fuera a ser tan complicado este proceso, en un principio parecía que seria divertido pero resulto ser un arduo trabajo jalar el cable para poder cruzar! La vista sobre el rio por encima de las gaviotas fue interesante pero el trabajo de jalar el carrito fue muy fuerte. Yo cruce primero junto con dos de las mochilas del grupo, mis compañeros desde la plataforma hicieron el trabajo pesado de jalar el cable para hacer que el carrito se desplazara. Sobre el carrito jalar el cable es bastante difícil así que agradeci que mis compañeros me ayudaran a hacerlo desde afuera. Sin embargo, al llegar al otro extremo y jalar el cable para hacerlo regresar hacia ellos, me toco a mi hacer el trabajo difícil y ayudarlos a ellos a cruzar jalando el cable, fue un buen esfuerzo.


Ya del otro lado los tres, reinciamos el camino para cubrir los últimos 5 kilometros hasta el siguiente campamento. Habría que hacer un largo trayecto sobre la playa para cubrir la distancia. No me imagine que caminar por la playa fuera a resultar tan difícil, gran parte del trayecto era sobre grava lo que hacia que a cada paso se hundiera el pie y costara mas trabajo dar el siguiente, en el mejor de los casos caminábamos sobre arena que ocasionaba el mismo efecto que la grava. El camino se hizo pasadísimo, no veía a la hora de llegar y cada vez que creíamos que estábamos cerca, una nueva playa se presentaba ante nosotros. El cansancio me empezó a afectar, mis compañeros iban muy por delante de mi y yo sentía que no podia dar un paso mas, nunca antes me sentí tan cansado. Me esperaron sentados en unos troncos ya que necesitábamos que la marea bajara un poco mas para poder continuar el camino, cuando me sente, pensé que no me iba a poder parar nuevamente. Paso mas de media hora y no se veía que la marea bajara para poder continuar con el trayecto, mis compañeros decidieron acercarse mas al punto en que el agua estaba bloqueando nuestro camino para ver que tan profunda estaba, yo me quede en los troncos, no me quería ni mover. A lo lejos los veía que trataban de cruzar entre las piedras. Regresaron a donde yo me encontraba y me dijeron que de plano iban a intentar cruzar aunque tuvieran que quitarse las botas y mojarse la piernas, uno de ellos trataría de pasar al otro lado de esta forma y regresaría para informarnos si era posible el cruce o no. Así que cogio su mochila y se dirigió a intentar el cruce, yo me quede nuevamente en los troncos a esperar si era posible o no cruzar. Entre mas tiempo pasaba, mas cansado y débil me sentía, en lugar de que el descanso me hiciera recuperar energías, sucedió al revés, me sentía mas cansado y débil. Traia en mi mochila un gel energizarte, nunca los había utilizado así que no sabia que esperar, pero fue lo único que se me ocurrió utilizar para tratar recuperar la energía, me pareció demasiado dulce, pero me lo tome todo para ver que pasaba. Al poco rato vi las señales que me hacían de que si era posible cruzar por el agua, mi otro compañero regreso por su mochila y por mi para que continuaremos con el ultimo tramo. Me lévante con todo el trabajo del mundo; sin embargo, el gel hizo su efecto y deje de sentirme tan cansado y pude recorrer la distancia que nos separaba del cruce por el agua sin tanto problema. Resulta que ni siquiera fue necesario quitarse las botas para cruzar por el agua, realmente solo nos llegaba hasta los tobillos cuando mucho, cruzamos el punto y pudimos ver a la distancia finalmente el campamento donde pasariamos la noche, alivio total saber que finalmente habíamos llegado después de 14 kilometros recorridos durante el día. Llagamos justo para ver la puesta del sol, que seria la única en la que pudimos ver al sol ocultarse sobre el océano.


En el campamento solo había una pareja y nosotros tres, pronto establecimos contacto con la pareja que resulto ser muy agradable. Se trataba de una chica en sus veintes medios y su papá, ambos eran excursionistas experimentados, sobre todo la chica, que había realizado innumerables excursiones por todo norteamerica, resulto ser una super atleta. Platicamos un largo rato de sus experiencias en el excursionismo y después nosotros nos fuimos a establecer nuestro campamento y a cenar.  A la pareja de padre e hija, la veríamos todos los días restantes de la excursión ya que utilizaríamos los mismos campamentos el resto de la ruta. La tarde/noche estaba muy clara y el clima era perfecto, así que después de cenar tuvimos tiempo de caminar por la playa y observar una noche estrellada como hacia mucho tiempo no veía e incluso nos toco una estrella fugaz, fue un gran cierre del día. El día siguiente seria un día de descanso, ya que el recorrido programado se había acortado sensiblemente debido a que no nos detuvimos en el campamento de las gaviotas, por lo que el día seria de tan solo 6 kilómetros; sin embargo, habríamos de salir temprano para aprovechar la marea baja y poder caminar sobre las repisas y así evitar la grava y la arena.